El Detonante de Mar Petryk
Me felicito por cada paso que di, aun cuando el suelo ardía. Me felicito por cada vez que limpié mi alma a gritos, creyendo morir. Me felicito por cada vez que le solté la mano a la oscuridad, sabiendo que la idea de perderme en ella me seducía. Me felicito por cada vez que hablé, cuando solo quería callar. Me felicito por ese impulso que me llevó a salir de mi refugio. Me felicito por ese impulso que me llevó a pedir trabajo en aquella cafetería. Me felicito por ese impulso que me llevó a pisar la escuela en busca de mis sueños. Me felicito por vivir, cuando morir era más fácil. |