The Raven Boys: Los saqueadores de sueños de Maggie Stiefvater
Y entonces, entre las sombras que rodeaban el coche de alquiler, la besó. Hacía tiempo que ni ella ni él besaban a nadie, pero no importaba. Besar es como reír. Si el chiste tiene gracia, da igual el tiempo que haya transcurrido desde el chiste anterior. |