El show de las marionetas de M.W. Craven
Sabía que algunas personas creían que su fama de seguir las pistas hasta donde quiera que le condujeran provenía de algún sentimiento de superioridad, como si tuviese una vocación y una visión más pura de la verdad, inaccesible a otros policías inferiores. En realidad, era bastante más sencillo: cuando creía que tenía razón, ese elemento autodestructivo de su personalidad se apoderaba de él. A menudo, dejaba que el demonio que llevaba dentro sin pusiera al angelito.
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