Caballo de batalla de Michael Morpurgo
Ningún sargento mayor, ningún aluvión de enemigos habría silenciado un cuerpo de soldados con más efectividad que aquella terrible visión, porque allí fue la primera vez que los hombres vieron por sí mismos el tipo de guerra en el que iban a meterse y no había ni un solo hombre en todo el escuadrón que estuviera preparado para ella.
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