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El niño de los libro rotos de M.G Hernández
Mi parto fue en extremo largo y pesado. Mi bebé no me indicó el momento tratando de bajar hacia mi pelvis. Tampoco me dieron contracciones entre cinco y diez minutos ni se me rompió la fuente. Los inicios de parto fueron golpes, heridas y suturas. Mis contracciones fueron luchar contra la maldad y la ignorancia y mi fuente se mantuvo rota por tres años, esperando día a día un nuevo acontecimiento, una posible noticia del padre, una decisión de estado que contradijera mi ilusión. |