Tú te vas, tú te quedas de
M. J. Arlidge
¿Me lo estoy imaginando yo o nuestros abrazos cada vez son más escasos? ¿Más inseguros? Desde que ocurrió, nos hemos aferrado día y noche, deseando que el otro sobreviva, desesperados por no quedarnos solos en este espantoso lugar. Jugamos a cosas para pasar el tiempo, imaginando lo que haremos después de que nos rescaten: lo que comeremos, lo que les diremos a nuestras familias, lo que compraremos para navidades. Pero estas diversiones han ido desapareciendo lentamente mientras nos damos cuenta de que nos han traído aquí con un objetivo y de que no habrá un final feliz para nosotros