Agatha Raisin y la quiche letal de M.C. Beaton
Como si quisiera compartir su estado de ánimo, amaneció un día primaveral perfecto, con un sol brillante.
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Agatha Raisin y la quiche letal de M.C. Beaton
Como si quisiera compartir su estado de ánimo, amaneció un día primaveral perfecto, con un sol brillante.
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Agatha Raisin y la turista impertinente de M.C. Beaton
Un terapeuta le preguntaría: "¿Por qué dejas que alguien viva en tu cabeza sin pagar el alquiler?" Bien, la respuesta más sencilla a esa pregunta era que el inquilino todavía le gustaba. |
Agatha Raisin y la quiche letal de M.C. Beaton
El orgullo no es patrimonio exclusivo de las clases altas.
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Agatha Raisin y la quiche letal de M.C. Beaton
Me he pasado por aquí para hacerle una advertencia: no se entrometa en las vidas ajenas o pronto nos encontraremos con un asesinato de verdad !Y usted será el cadáver!.
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Agatha Raisin y la quiche letal de M.C. Beaton
Por primera vez en su vida, supo lo que era la soledad, y la asustó. Desde las ventanas de la cocina, en la parte de atrás de la casa, disfrutaba de una vista de los montes Cotswold, que se alzaban apartándola del mundo bullicioso y comercial, enclaustrándola como si fuera una desconcertada criatura extraterrestre bajo el tejado de paja de su casa, separada de la vida exterior. La vocecita que había gritado: «Pero ¿qué he hecho?» se convirtió en un clamor." |
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Agatha Raisin y el veterinario cruel de M.C. Beaton
Agatha lo miró, enfadada. No le caía bien la gente que de repente soltaba citas y la hacían sentir inculta e inepta. En realidad, creía que sólo lo hacían para exhibirse.
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Agatha Raisin y el veterinario cruel de M.C. Beaton
Es tan tranquilo, tan inglés. La Inglaterra por la que lucharon en la Primera Guerra Mundial. Queda ya muy poco de ese país.
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Agatha Raisin y el paseo mortal de M.C. Beaton
-No será alérgica al nabo, señora Raisin dijo la señora Mason. -Ojalá -dijo Roy riéndose tontamentepero a su edad, nuestra Aggie pilla todo lo que se le presenta. -¡Cierra el pico!- exclamó Agatha iracunda. |
Agatha Raisin y la jardinera asesinada de M.C. Beaton
Qué agradable sería olvidarse de los James Lacey de este mundo y rendirse, ponerse gorda con alborozo, olvidarse de las cremas para la piel y liberar las arrugas.
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¿Quién es autor del libro?