La ciudad de Luis Zueco
No hay que juzgar a las personas por lo alto que llegan, sino por el camino que han recorrido. A veces no tenemos más remedio que recorrer un largo y peligroso trayecto a pie para alcanzar un humilde lugar, mientras que otros ascienden montañas —y se detuvo—, a lomos de sus caballos y con ayuda de sus sirvientes.
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