En el nombre de Padre de Luis Salvago
—Hijo, no hay nada tan cargado de fatalidad, tan definitivo, tan inevitable, como la trayectoria certera de un proyectil.
|
En el nombre de Padre de Luis Salvago
—Hijo, no hay nada tan cargado de fatalidad, tan definitivo, tan inevitable, como la trayectoria certera de un proyectil.
|