Jane Austen en la intimidad de Lucy Worsley
Cuando Jane regresó a casa después de su estancia en la granja Cheesedown, quedó relegada al papel de miembro menos importante de la familia, la hija pequeña, el juguetito de su maternal hermana mayor, Cassandra. De carrillos regordetes con tendencia a sonrojarse, era de naturaleza introvertida, así que buscó «un refugio seguro en el silencio». En años posteriores, Jane lamentaría haber sido tan tímida de niña. Escribió en todo envidioso acerca de la seguridad en ella misma de una amiga más joven: «una chica simpática, natural, abierta y afectuosa, dotada de buenas maneras que vemos en los niños educados de hoy; distinta en todo a mí misma a su edad, que a menudo soy toda estupor y vergüenza».
|