Jane Austen en la intimidad de Lucy Worsley
La señora Austen no había caído de un guindo; se esperaba de ella que contribuyera con su trabajo a la unidad familiar. Comprendió que un hombre como George Austen quería —no, necesitaba— una esposa capaz de sacar adelante un hogar. No se casaba con una mujer; se casaba con un estilo de vida. Era imposible soslayarlo. En el primer párrafo del primer libro que publicó su hija Jane, Sentido y sensibilidad, aparece un hombre que, al igual que su padre, «tuvo en su hermana una constante compañera y ama de casa». La acción se desencadena a raíz de la muerte de ésta, porque él no sabe cómo salir adelante sin la ayuda de una mujer que se ocupe de la casa; así que decide reemplazarla. El señor Austen, que nunca fue un sentimental, llegaría a referirse a la señora Austen como «mi ama de casa».
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