Un descanso para los muertos y otros relatos de Lucy Taylor
No habiendo nada que me obstruya la vista, el desierto se despliega como una garganta negra y ávida que se traga un vertido obsceno de estrellas. Junto al hueco donde una vez estuvo la verja, ahora revolotea una convergencia antinatural de sombras, en algunas zonas tan espesa como las vigas que sostienen el porche, en otras vaporosas como una neblina. Algo gigantesco se mantiene allí encorvado con una inmovilidad tosca. Mi sangre se enfría un grado o dos
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