Anne of Green Gables de Lucy Maud Montgomery
La imaginación es una bendición cuando sabes cómo utilizarla.
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Anne of Green Gables de Lucy Maud Montgomery
La imaginación es una bendición cuando sabes cómo utilizarla.
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Ana de las tejas verdes 3. La maestra de Avonlea de Lucy Maud Montgomery
Quiero luchar contra la enfermedad, el dolor y la ignorancia. Quiero aportar conocimiento humano.
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Ana de las tejas verdes 5. Adiós, Isla del Príncipe de Lucy Maud Montgomery
- Si dependiera de mí, eliminaría de tu vida todo lo que no fuera felicidad y alegría, Ana -dijo Gilbert. - Pues te equivocarías por completo. Creo que toda vida debe superar obstáculos y penas para desarrollarse del todo... Aunque supongo que es algo que no reconocemos cuando nos sentimos bastante cómodos. |
Ana y la casa de sus sueños de Lucy Maud Montgomery
Usted sabe que si tenemos en nosotros cualquier cosa que nos duele, tratamos de evitar que nadie se acerque y la toque. Creo que esta explicación funciona también con el alma, no solo con nuestros cuerpos. |
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Ana de la isla de Lucy Maud Montgomery
Eres la primera chica de Avonlea que va a la universidad, y ya sabes que a las pioneras siempre las tienen por locas perdidas.
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Emily, Lejos De Casa de Lucy Maud Montgomery
Esta noche me siento tan satisfecha como un gato sobre una alfombra. Ronronearía si supiera cómo hacerlo.
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Emily, Lejos De Casa de Lucy Maud Montgomery
No hay nada tan maravilloso como bailar alrededor de una gran fogata. ¿Qué importa que termine en cenizas?
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Emily, La De Luna Nueva de Lucy Maud Montgomery
No tienes derecho a intentar enseñar nada hasta que seas vieja, y entonces no tendrás ganas de enseñar.
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Emily, La De Luna Nueva de Lucy Maud Montgomery
-Tu padre era pobre como una rata, ¿no? -Mi padre era un hombre muy, pero muy rico -replicó Emily, seria. Rhoda se quedó mirándola. -Yo pensaba que no tenía un centavo. -Y no lo tenía. No obstante, la gente puede ser rica sin dinero. |
Ana de las tejas verdes 3. La maestra de Avonlea de Lucy Maud Montgomery
Creo que estar enamorada te convierte en una perfecta esclava. Y eso le daría a un hombre demasiado poder para hacerte daño. |
Ana de las tejas verdes 3. La maestra de Avonlea de Lucy Maud Montgomery
La venganza hiere más que a nadie a quien trata de infligirla
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Emily, La De Luna Nueva de Lucy Maud Montgomery
Si todo el mundo hubiese sido siempre feliz, no habría nada sobre lo que leer.
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Valancy Stirling o el castillo azul de Lucy Maud Montgomery
El miedo es el pecado original. Casi todos los males del mundo tienen su origen en el miedo que siente alguien por alguna cosa. Es una serpiente fría y viscosa que se enrosca sobre uno mismo. Es horrible vivir con miedo; es el más degradante de todos los sentimientos.
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Ana de Avonlea de Lucy Maud Montgomery
Fue como si un velo se levantara de su conciencia y le revelara realidades y sentimientos insospechados. Quizá, al fin y al cabo, el amor no llegaba a la vida con boato y estruendo de trompetas, galopando como un vistoso caballero andante; quizá se acercaba tranquilamente y sin alborotar, como un antiguo amigo; quizá, aparentemente, se expresaba en prosa hasta que un rayo de luz atravesaba de repente sus páginas y delataba el ritmo y la música; quizá... quizá... el amor se desplegaba con naturalidad a partir de una hermosa amistad, como se abre la rosa de corazón dorado en su vaina verde.
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Valancy Stirling o el castillo azul de Lucy Maud Montgomery
Cuando una mujer toma conciencia de que no tiene motivos para vivir -ni amor, ni deber, ni propósito, ni esperanza- asume para si misma la amargura de la muerte.
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Ana de las tejas verdes. La llegada de Lucy Maud Montgomery
¿Por qué la gente tiene que arrodillarse para rezar? Si yo realmente quisiera rezar, voy a decirle lo que haría. Iría a un campo grande, solitario, o me internaría en lo más profundo del bosque; miraría al cielo, arriba, arriba, arriba, a ese maravilloso cielo azul que parece no tener fin. Y entonces, realmente sentiría una plegaria.
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Ana de Tejas Verdes de Lucy Maud Montgomery
Es un millón de veces más lindo ser Ana de Tejas Verdes que ser Ana de ninguna parte.
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Ana, la de Ingleside de Lucy Maud Montgomery
Si tuviera que vivir mi vida otra vez, nunca me imaginaría nada. Y nunca más volveré a hacerlo.
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Ana, la de Ingleside de Lucy Maud Montgomery
«Digan lo que digan», pensó Ana, «siempre hay algo extraño en una habitación iluminada por la luna. Cambia toda su personalidad. No es tan amistosa, tan humana. Se vuelve distante, remota, envuelta en sí misma. Casi parece considerarme como una intrusa».
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La edad de la inocencia