Ana de Tejas Verdes de Lucy Maud Montgomery
Octubre era un mes precioso en Tejas Verdes; los abedules de la vaguada se volvían dorados como el sol, los arces de detrás del huerto cobraban un color granate majestuoso, los cerezos silvestres del sendero se vestían con las más preciosas tonalidades del rojo oscuro y el verde bronce, y los campos cubiertos de rastrojos tomaban el sol. Ana disfrutaba de aquel mundo de color
|