Lucio González Abastas

(…) por eso no quiero drogas, por eso no quiero que me ates cada vez que me golpeo la cabeza intentando luchar contra mis propios demonios internos, no quiero que me ates cuando estoy intentando apagar lo que arde en mi cabeza.

Y no digo que esté escrito, pero sí que el pasado marca el presente y juntos trazan el futuro.

Todos nacemos puros, inocentes, vulnerables, y en la inmensa mayoría de los casos (hay algunas excepciones) la madre que nos da a luz nos ama incondicionalmente, nos mima, nos cuida, nos alimenta, nos enseña el mundo al que nos ha traído. Y todos somos buenos.

Luego te preguntas dónde quedó aquel bebé que fue y que hoy se ha convertido en un asesino psicópata, en un terrorista que mata a decenas o cientos, en un político corrupto o banquero sin escrúpulos que destruye la vida de miles o millones por acción u omisión.

Dónde quedó ese bebé que un día fue.

Y por qué.