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Hombrecitos de Louisa May Alcott
Porque el amor es planta que arraiga en todos los suelos, que se desarrolla sin miedo a las heladas del otoño o a las nieves del invierno, y que florece siempre, perfumando y bendiciendo así por igual a quienes lo otorgan y a quienes lo reciben.
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Hombrecitos de Louisa May Alcott
Por más traviesos que sean los hijos, las madres los perdonan y olvidan todo al estrecharlos en sus amantes brazos.
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Hombrecitos de Louisa May Alcott
¡Feliz el hijo que tiene siempre confianza absoluta en su madre y paga con abnegación y cariño el amor maternal!...
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Mujercitas de Louisa May Alcott
¡Cómo me gustaría no tener conciencia! Es un incordio. Si no me preocupase actuar bien, no me sentiría mal al no hacerlo y lo pasaría en grande.
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Mujercitas de Louisa May Alcott
El impulso, al igual que la perversidad, precipita las decisiones...
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Mujercitas de Louisa May Alcott
Siempre es agradable que alguien crea en nosotros y la alabanza de un amigo deja mejor sabor de boca que una docena de críticas elogiosas en la prensa.
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Hombrecitos (Edición ilustrada) de Louisa May Alcott
Puede que al principio, pero será beneficioso para nuestra florecilla. Se está volviendo un tanto remilgada y empalagosa y necesita un poco de animación. Cuando viene Nan a jugar se lo pasa bien con ella, se ayudarán la una a la otra sin darse cuenta. ¡Ay, Dios! Es que la mitad de la ciencia de la enseñanza consiste en saber lo que pueden hacer unos por otros y cuándo ponerlos juntos.
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Hombrecitos (Edición ilustrada) de Louisa May Alcott
Con lo fácil que es hacer feliz a un niño, es una lástima que en un mundo lleno de sol y cosas buenas haya caritas tristes, manos vacías y corazones solitarios. Este era el sentimiento que impulsaba a los Bhaer a recoger las migas que encontraban para dar de comer a su bandada de gorriones hambrientos, pues solo eran ricos en caridad.
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Mujercitas de Louisa May Alcott
Dedicad unas horas al trabajo, y otras al descanso y la diversión. Demostrad que conocéis el valor del tiempo y sabéis emplearlo adecuadamente. Así, disfrutaréis de la juventud, no tendréis nada de qué arrepentiros en la vejez y comprenderéis que la vida puede ser un verdadero éxito aun siendo pobres.
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Fruitlands de Louisa May Alcott
Vivir en función de los principios de uno, cueste lo que cueste, supone una especulación de alto riesgo, y el fracaso de un ideal, independientemente de la humanidad y nobleza del mismo, es algo inexcusable.
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Fruitlands de Louisa May Alcott
Ser por encima de hacer, esa es la gran meta a alcanzar, y a ella llegaremos profesando una voluntad resignada, nunca entregándonos a la actividad caprichosa, pues esta última es un obstáculo para todo crecimiento divino.
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Fruitlands de Louisa May Alcott
Así de esperanzados viajaban estos peregrinos modernos, que abandonaban el viejo mundo dispuestos a fundar uno nuevo en tierras salvajes.
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Cuatro damas del misterio de Louisa May Alcott
Aquella mano, en la que se fijaba mi atención, con sus extraños adornos, se apoderó de mi ya medio aterrorizada imaginación. Transmitía incluso más de lo que acabo de decir: sentía como si hubiera podido cogerme con unas garras afiladas y, como la picadura de una fascinante criatura al acecho, clavarme un aguijón directamente en el corazón.
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Cambios de humor de Louisa May Alcott
Son muchos los tejados que cobijan a familias y amigos que conviven durante años sin llegar nunca a conocerse de verdad los unos a los otros. Se quieren y anhelan formar vínculos, pero, aunque lo intentan, no lo consiguen hasta que un sentimiento inesperado o algún suceso llevan a cabo esta labor por ellos.
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Cambios de humor de Louisa May Alcott
A veces aquello que creemos desear hace más por nosotros cuando se trunca que si logramos llevarlo a cabo y resulta ser un fracaso que, en lugar de endulzar una vida, amarga dos.
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Cambios de humor de Louisa May Alcott
Aquellos que son muy sensibles al dolor también notan antes que nadie las marcas que el sufrimiento deja en los demás.
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Cambios de humor de Louisa May Alcott
Es fácil decir que seremos capaces de olvidar; lo que quizá nos resulta más complicado es encerrar el anhelo natural de nuestro corazón y hacer oídos sordos a sus lamentos, pues el preso y el carcelero deben convivir en la misma celda.
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Cambios de humor de Louisa May Alcott
La amistad es la mejor universidad en la que se puede graduar nuestro carácter. Cree en ella, búscala y, cuando llegue, consérvala tan sagrada como al amor.
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¿Cuál es el desayuno favorito de Eleven?