Aquellas mujercitas de Louisa May Alcott
Desechar todos los regalos que nos brinda la vida porque no nos da el que queremos es una mezquindad.
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Aquellas mujercitas de Louisa May Alcott
Desechar todos los regalos que nos brinda la vida porque no nos da el que queremos es una mezquindad.
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Aquellas mujercitas de Louisa May Alcott
llegó a la conclusión de que la política era tan desagradable como las matemáticas y que los políticos parecían no hacer nada salvo insultarse los unos a los otros.
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Aquellas mujercitas de Louisa May Alcott
El verano pasado solía decir que eran mis pájaros. Mamá decía que le recordaban mucho a mí porque no paran de moverse, les gusta estar junto a la orilla y siempre andan cantando alegremente. Tú eres la gaviota, Jo, fuerte y salvaje, enamorada del viento y de las tormentas, capaz de adentrarse en el mar y vivir feliz en soledad. Meg es la tórtola y Amy es como las alondras que describe en sus cartas, siempre intentando remontarse por encima de las nubes, pero cayendo finalmente en el nido.
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Aquellas mujercitas de Louisa May Alcott
¡Si sirviese de algo, daría la vida por ti! Quisiera que no fuese tan difícil. No puedo hacer nada. Nadie puede enamorarse a voluntad de otra persona.
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Aquellas mujercitas de Louisa May Alcott
La mente de Jo era más madura que su corazón y prefería los héroes imaginarios a los de carne y hueso.
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Mujercitas de Louisa May Alcott
Había alimentado su rabia y ésta había seguido creciendo, como hacen todos los pensamientos y sentimientos negativos si no se eliminan de inmediato.
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Mujercitas de Louisa May Alcott
Me pasaré la vida trabajando y penando, divirtiéndome solo en contadas ocasiones, y me convertiré en una vieja fea y amargada; todo porque soy pobre y no me puedo permitir disfrutar de la vida como hacen las demás. ¡Qué desgracia!
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Mujercitas de Louisa May Alcott
Se diría que Beth vivía en un mundo propio, feliz, del que solo se aventuraba a salir para comunicarse con las pocas personas a las que quería y en quienes confiaba.
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Mujercitas. Buque letras de Louisa May Alcott
El amor deshecha el temor y la gratitud vence el orgullo.
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Cambios de humor de Louisa May Alcott
La vida es una sucesión de cambios de humor similar a una sarta de cuentas ; y, a medida que los atravesamos, nuestros estados de ánimo resultan ser lentes de diferentes colores que pintan el mundo con su matiz particular, y cada uno nos muestra solo aquello hacia lo que enfoca Emerson |
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Mujercitas de Louisa May Alcott
a veces cierto sentido de injusticia la hacía sentirse agria hacia todo el mundo, porque todavía no había aprendido lo rica que era en aquellas bendiciones que realmente pueden hacer feliz la vida.
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Mujercitas de Louisa May Alcott
Procuraba no sentir envidia ni descontento, pero era natural que la muchacha deseara cosas bonitas, amigas alegres inteligentes, y una vida feliz.
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Mujercitas (Clásicos Ilustrados) de Louisa May Alcott
El amor es lo único que nos llevamos cuando morimos y hace que el final sea mucho más dulce.
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Mujercitas de Louisa May Alcott
El mundo está lleno de mujeres como Beth, tímidas y tranquilas, que aguardan sentadas en un rincón hasta que alguien las necesita, que se entregan a los demás con tanta alegría que nadie ve su sacrificio hasta que el pequeño grilo del hogar cesa de chillar y la dulce y soleada presencia desaparece para dejar tras de sí silencio y oscuridad.
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Mujercitas de Louisa May Alcott
Esta noche, no soy Meg, sino una muñeca que se comporta como una idiota. Mañana, me despediré de los adornos y las plumas y volveré a ser desesperadamente buena.
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Mujercitas de Louisa May Alcott
Pero me tienes a mí. Sé que yo no valgo tanto como ella, pero estaré a tu lado, Jo, todos los días de mi vida. Te doy mi palabra. ¡Así será!
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Gregorio Samsa es un ...