Hecho con amor de Lorraine Cocó
Después de hora y media de cena Poppy tenía varias cosas claras; la primera, que el “Sargento Sirope” conseguía que perdiese el apetito. Algo inconcebible hasta el momento. Pues a pesar de lo que podía aparentar, disfrutaba del placer de la comida más que de ningún otro. Sin embargo, durante toda la cena, no pudo meterse en la boca más de un par de trozos de patata y otro par de cordero, bajo el intenso escrutinio de Liam, que cada dos por tres buscaba incluirla en la conversación y de paso la observaba con atención.
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