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La flaqueza del bolchevique de Lorenzo Silva
Nunca dejes de respetar a alguien que tiene tiempo para aburrirse. De ahí salen los sabios.
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La niebla y la doncella de Lorenzo Silva
Ya me conoces, Virginia. En realidad soy un iluso. Sigo en esto, bueno, por si queda alguna esperanza de encontrar el modo de disuadir a la gente de que joda al prójimo. Y si no la hay, por completar el dibujo. Porque cuando alguien se cobra a un semejante, hay algo que exige que haya un perro dispuesto a cazar al cazador. Es un trabajo de mierda, pero alguien tiene que ocuparse. Alguien que no tenga nada mejor en lo que gastar su tiempo.
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Púa de Lorenzo Silva
La vida no se detiene cuando lo exige nuestra conveniencia, antes bien se complace en acelerarse para poner a prueba nuestra capacidad de improvisar y deshacer nuestros planes para servir a los suyos.
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El alquimista impaciente de Lorenzo Silva
Desisto de creer en la libre competencia hasta el día en que los niños de Liberia puedan aspirar a viajar a Disneylandia, en lugar de tener que defender su vida con un M-16.
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Lejos del corazón de Lorenzo Silva
Estábamos donde habíamos buscado estar desde que habíamos llegado allí, dos semanas atrás: en el gozne que lo explicaba todo. Y también, quizá, donde nos habíamos preparado toda una vida para estar: allí donde sentíamos, tanto ella como yo, y ella conmigo y yo con ella, habernos hecho quienes éramos.
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Lejos del corazón de Lorenzo Silva
-Son, después de todo, las consecuencias de tener una sociedad prendida con alfileres y el principio de autoridad comprometido por una realidad que de hecho vive a diario al margen de la ley. El tema nos sobrepasa y tenemos que enfrentarlo con cabeza y con proporcionalidad. Ni yo ni mucho menos usted, subteniente, que viene aquí de visita, como quien dice, podemos hacer nada contra una situación que tiene tantos padres y padrinos: tanto chico con tan poca formación, tanto paro juvenil, una sociedad que necesita drogarse, una plantación descomunal de droga ahí en el continente de enfrente, un paraíso fiscal de soberanía extranjera adosado a la comarca..., mientras cuido de que no se ahoguen más inmigrantes de la cuenta las noches que los señores que dirigen allí abajo el negocio de las pateras tienen a bien inundarme el litoral de desgraciados que no saben nadar.
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La marca del meridiano de Lorenzo Silva
Hay ciertas ocasiones y coyunturas, en este raro asunto entremezclado que llamamos vida, en que uno toma el universo entero por una gran broma pesada, aunque no llega a verle la gracia sino vagamente, y tiene algo más que sospechas de que la broma no es a costa de otro que uno mismo
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La reina sin espejo de Lorenzo Silva
Me inspiró lástima. Por malos que sean, no lo puedo evitar, me la inspiran siempre, aquellos a los que tengo en un calabozo, sumidos en la incertidumbre, mientras yo puedo entrar y salir, y, lo que es más importante, estoy en condiciones de calcular las posibilidades que tienen ellos de quedarse o de irse. Aquel hombre tenía pocas papeletas de librarse, y tal vez se lo olía. |
Nadie vale más que otro de Lorenzo Silva
No me gusta, ni siquiera por una presunta buena causa, sumarme al club de los que abusan de sus semejantes. Contra ese club, en todas sus formas, es contra lo que lucho, en el trozo de trinchera que me toca defender
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Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia de Lorenzo Silva
Los libros los lee gente que sabe entender y guardar en el fondo de sí misma las cosas confidenciales. Los que no, ni los abren, o si los abren los dejan en seguida. (…) Lo que leemos muestra cómo somos, y hasta nos hace como somos.
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El lejano país de los estanques de Lorenzo Silva
Cuando el arte se pone al servicio de la victoria se convierte en una obscenidad
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El palacio de Petko de Lorenzo Silva
¿No os dais cuenta?, nuestra identidad digital es más poderosa que nuestra identidad real y, al final, es la que condiciona toda nuestra vida.
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La niebla y la doncella de Lorenzo Silva
"Soy un optimista contumaz. Ver truncarse las vidas, con todo lo que cada vida llega a contener, y verlas truncarse por motivos absurdos o irrisorios, y de formas a menudo atroces y desdichadas, despierta en uno una inevitable desconfianza hacia los semejantes, pero también una necesidad incontrolable de proteger y alimentar a cada segundo la ilusión de vivir. Aunque sea estúpida, y frágil, y aunque los días y las noches te ofrezcan tantas razones para perderla."
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El alquimista impaciente de Lorenzo Silva
¿Cuánto sentido común eres capaz de detectar últimamente a tu alrededor?
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La llama de Focea de Lorenzo Silva
No hay dos personas que piensen lo mismo, pero las desgracias en las que nos asomamos a nuestros límites nos traspasan a todos por igual
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Música para feos de Lorenzo Silva
La felicidad es separarse y no tener miedo de no volver a verse, despedirse con un beso rápido en el andén y luego viajar sentada en el vagón rumbo a la soledad de tu casa, que desde que existe el otro, y desde que se produjo el encuentro, ya no es una condena.
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El mal de Corcira de Lorenzo Silva
Tenemos los hijos son saber muy bien por qué, creemos mientras los criamos que sólo están para darnos quebraderos de cabeza y un buen día nos encontramos con que gracias a ellos se sostiene la luz menguante del existir.
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Donde los escorpiones de Lorenzo Silva
El cielo no era azul, sino de un tono entre gris y arenoso, que a duras penas se distinguía de la tierra. Hermoso o inhóspito, o ambas cosas a la vez, aquel sería nuestro paisaje por algún tiempo, así que más valía que nos fuéramos acostumbrando
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Si esto es una mujer de Lorenzo Silva
A menudo así es como vamos derechos hacia el peligro, por creer erróneamente que podemos bajar la guardia.
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La edad de la inocencia