El dios de nuestro siglo de Lorenzo Luengo Regalado
Cuando era niña, a los seis o a los siete años, vi por primera vez una imagen del Universo, y algo me dijo que así es como yo era también, por dentro. Con mis regiones de polvo estrellado, con mis formacines nebulosas, con mis cúmulos de luz. Pero sobre todo con aquella majestuosa negrura. Ah, sí, aquella impenetrable oscuridad.
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