La reina del valle de Lorena Hughes
El padre Carlos Benigno nos había dicho una vez que todo el mundo tenía un límite, que todos nosotros éramos capaces de cometer actos inconcebibles, pecados mortales que podían cambiar el curso de nuestras vidas. Bastaba solo con recibir el estímulo adecuado - o el inadecuado -. ¿Era eso lo que me estaba pasando?
|