La cruz de madera de Lola Solana
Pero la felicidad a veces es tan etérea, delicada y frágil como una pompa de jabón, una pompa que flota de un lado a otro movida por ligeros soplos de viento, que, cuando por fin quieres tocar e intentas retener, desaparece, dejando solo el recuerdo de lo que fue
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