Cuando tu llegaste de Lisa Kleypas
—Haga lo que haga, no importa la atrocidad que sea, ¡Los hombres la adoran! —se quejó lady Conynham—. Lleva con ella el escándalo. De hacerse tratado de cualquier otra mujer, ya habría sucumbido. No mi querido Jorge se atreve a censurarla. —Es que se comporta como si fueran un hombre —replico lady Wilton con amargura—. Juega, caza, maldice y habla de política. Les encanta la novedad de una mujer con aires tan masculinos. —La verdad es que su apariencia no tiene nada de masculina —propuesto lady Conyngham, observando las formas delicadas que las ropas empapadas ponían en evidencia. |