El amante de Lady Sofía de Lisa Kleypas
(…) Para su desagrado, Sophia descubrió que el magistrado no era la persona terriblemente malvada que ella creía, aunque eso no cambió en absoluto su objetivo de vengar la muerte de John. De hecho, el estricto seguimiento de los principios era seguramente lo que había llevado a la tragedia que le había costado la vida a su hermano. No cabía duda de que sir Ross se tomaba la ley al pie de la letra, poniendo sus principios por encima de la compasión y la legislación por encima de la piedad. Ese pensamiento la enfureció. ¿Quién era sir Ross para decidir quién debía morir y quién no? ¿Por qué estaba él capacitado para juzgar a los demás? ¿Acaso era tan infalible, tan listo y tan perfecto? Seguramente aquel arrogante bastardo así lo creía. |