Los adivinos de Libba Bray
Tenía que reconocérselo, la muchacha tenía agallas. Le gustaban las chicas con agallas. Siempre daban problemas. Y a Sam le gustaban los problemas incluso más que las agallas.
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Los adivinos de Libba Bray
Tenía que reconocérselo, la muchacha tenía agallas. Le gustaban las chicas con agallas. Siempre daban problemas. Y a Sam le gustaban los problemas incluso más que las agallas.
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