El libro comienza con la protagonista volviendo a su pueblo natal en algún lugar de La Pampa (mi provincia y por eso fue que me llamó la atención y me postulé para reseñarlo en Masa Crítica de esta web) luego de la muerte de su madre. Llega a una casa vacía llena de las pertenencias que ha dejado su madre y de recuerdos del paso de su infancia allí. Vuelve al pueblo que la vio nacer y crecer, tardes con amigas, primer novio, salidas al boliche, etc.
Le toca volver sola desde Buenos Aires a encargarse de los asuntos del funeral ya que a su hermano todavía le cuesta volver y enfrentarse con lo que toca.
La novela está dividida en tres partes: barbecho, siembra y cosecha, y la autora hace un tipo de analogía con las etapas del duelo (aunque realmente estas son cinco). A la protagonista en un comienzo le cuesta aceptar que su madre se ha ido tan pronto y tan joven (teniendo en cuenta las circunstancias) hasta el punto de comenzar a vestirse con sus ropas, luego va aceptando de a poco que se ha ido y no va a volver y comienza a terminar el proyecto que su madre dejó a medias y no pudo culminar. Está perdida, desde que se fue luego de terminar la secundaria que no ha vuelto por tanto tiempo como ahora a su pueblo, así que vuelve a reconectarse con viejos amigos y de a poco entre todos van aceptando el hecho de la muerte.
El problema que se le presenta a Elena, la narradora y protagonista, es el cultivo de las hectáreas de campo que le pertenecían a su madre. Para esto debe comenzar desde cero, ir familiarizándose con las técnicas y terminologías propias del cultivo, siembra y cosecha. Confieso que estas partes también se me complicaron a mí, al igual que Elena, y hasta se me hicieron un poco lentas al no tener conocimiento sobre esto tampoco.
El libro trata el tema de la pérdida, el duelo y la superación, el reencuentro con el pueblo que creías que haber dejado atrás, la relación entre hermanos, parientes y amigos, los recuerdos pasados, la nostalgia y el miedo a forjarte un nuevo futuro que no tenías previsto.
Me gustaron mucho las referencias populares que encontré a lo largo del libro (como la parte de Mirta Legrand) y muchos diálogos me sacaron grandes carcajadas.
Muchas gracias a Babelio por dejarme ser parte de esta última Masa crítica.
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