Lesley Livingston

Palabras simples, promesas simples...Este voto es el que juramos todos. No a un dios ni a un amo...Sino a nuestras hermanas que están aquí con nosotras. Nuestras hermanas. Este es el juramentos que nos une a todas, una con otra, todas con todas, y hace que ya no seamos libres. Nos pertenecemos a las unas a las otras...Sacrificamos nuestra libertad para que, al final, podamos ser realmente libres.

Simples palabras, simples promesas. El mismísimo voto que juraban los hombres en sus anillos de tierras y espadas. No éramos distintas; sí lo éramos. Y nadie se sorprendió más que yo por ello. Éramos renegadas y esclavas, huérfanas y no queridas y antaño princesas. Éramos infamia...
Pero éramos una hermandad....
Y éramos poderosas

Sabía que tenía que haber más para honrar que solamente el puesto de una en la vida...Las acciones significan más que los elogios. El honor era algo por lo que merecía la pena luchar, y morir, no importaba en qué casa hubieras nacido.

Había oído que los Gladiadores juraban sus votos de día; con el duro ojo del sol mirándolos...Sin embargo, las mujeres del Ludo Aquilea juraban sus votos de noche.
Bajo la luz de la Luna Cazadora

Escuchadme. Viento, lleva mis palabras. Sombras y oscuridad, contemplad mi horrible situación. Dejan que Morrigan oiga mi plegaria. Dadme fuerza para vencer a mis enemigos y sembrad mi venganza

Sé valiente, gladiadora...Y sé precavida. Lo brillante engendra traición. Lo bello engendra envidia. Cuando te ganes el amor de César, también te harás con el odio de sus enemigos.

Las mujeres de las tribus de Prydian...Podían escoger luchar con los hombres o no. Muchas lo hacían y con tanta maestría que eran tan temidas como los hombres. Incluso más

Una mujer debería ser capaz de trazar el curso de su propia vida