Relatos De Sevastópol de León Tolstoi
¡Así que ya estoy en el kurgán Malájov, que en vano me figuraba tan horrible! ¡Puedo andar sin inclinarme ante los proyectiles y tengo bastante menos miedo que los demás! Entonces, ¿no soy un cobarde?, pensó con placer e incluso cierto arrebato de presunción
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