Relatos De Sevastópol de León Tolstoi
Aquí un soldado se arrastra fuera de su cueva, se lava su bronceada cara con agua helada y, volviéndose hacia el rojizo Este, se santigua rápidamente y reza. Allí un carro de camellos alto y macizo, lleno casi hasta arriba de cadáveres ensangrentados, se areastra chirriando hacia el cementerio
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