Guerra y paz de León Tolstoi
Los dos guerreros más poderosos con los que se puede contar son la paciencia y el tiempo.
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Guerra y paz de León Tolstoi
Los dos guerreros más poderosos con los que se puede contar son la paciencia y el tiempo.
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Anna Karenina, 2 de León Tolstoi
No hay régimen de vida al que el hombre no pueda habituales, sobre todo si ve que a su alrededor hay gente que vive como él.
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Anna Karenina, 2 de León Tolstoi
No debemos pensar si estamos o no preparados. La bondad no puede estar a merced de manos mortales ni de inteligencias humanas. A veces reciben la gracia aquellos que no están preparados para ella.
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La tormenta de nieve de León Tolstoi
Si miras hacia arriba, la primera impresión es de claridad, te parece que a través de la niebla puedes ver las estrellas; pero las estrellitas escapan a tu vista y se elevan cada vez más y más, y solo ves la nieve que se derrama sobre tu rostro y sobre el cuello del abrigo...
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Cuánta tierra necesita el hombre y otros cuentos de León Tolstoi
Acuérdate del dicho: lo poco abasta y lo mucho se gasta.
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Anna Karenina, 2 de León Tolstoi
La razón solo nos enseña a luchar por la vida, lucha que supone la liberación de todo obstáculo que se oponga a la realización de nuestros deseos. Esto es todo lo que nos proporciona la razón. En ella no hallaremos nada que nos induzca a amar al prójimo, porque este amor no es un producto de la mente.
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Felicidad conyugal de León Tolstoi
¡Amar! ¡Acaso es posible no amar!¡Sin amor no hay vida! Hacer de la vida una novela es lo único que vale la pena.
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Anna Karenina de León Tolstoi
Pero lo que más le sorprendía, por su carácter inesperado, eran sus ojos mansos, serenos y sinceros, y en especial su sonrisa, que le transportaba siempre a un mundo encantado, donde sentía esa ternura y esa languidez que recordaba de algunos raros días de la primera infancia.
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Después Del Baile de León Tolstoi
el banquete fue espléndido y se sirvió un mar de champaña. Aunque amante de la champaña, no bebí, porque aun sin alcohol me hallaba ebrio de amor, pero en cambio bailé hasta caer desfallecido
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Anna Karenina de León Tolstoi
Su existencia había transcurrido trabajando en esferas que tenían que ocuparse de los reflejos de la vida. Y cada vez que se encontraba con la vida auténtica se apartaba de ella. Experimentaba ahora una sensación semejante a la de una persona que con toda tranquilidad hubiese pasado por un puente sobre un precipicio y que viera de pronto que el puente estaba derruido y que se hallaba sobre un abismo. Aquel abismo era la vida misma, y el puente, aquella vida artificial que había vivido Alexiéi Alexándrovich.
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Anna Karenina de León Tolstoi
Todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada.
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Anna Karenina de León Tolstoi
Bajó a la pista, evitando mirarla durante un buen rato, como si se tratara del sol; pero, aunque no la miraba, la veía, como sucede con el sol.
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Anna Karenina de León Tolstoi
—Pues verás. Supongamos que estás felizmente casado, pero te encaprichas de otra mujer… —Perdona, pero no entiendo nada… Es como si ahora, después de comer, me fuera a robar un bollo a una confitería. |
Anna Karenina de León Tolstoi
Y a pesar de que, en realidad, no le interesaban ni la ciencia, ni el arte, ni la política, apoyaba con firmeza las opiniones que tanto la mayoría como su periódico profesaban sobre estos temas y sólo las cambiaba cuando la mayoría lo hacía, o, mejor dicho, no las cambiaba, sino que ellas mismas se cambiaban en su mente sin que él se apercibiera de ello.
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Anna Karenina de León Tolstoi
—No tengo derecho a entrar en todos los detalles de tus sentimientos, y hasta lo considero inútil y perjudicial —empezó diciendo Alekséi Aleksándrovich—. Al escarbar en nuestras almas, corremos el riesgo de que salgan a la luz cosas que bien podrían quedar ocultas. Tus sentimientos son asunto de tu conciencia.
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Anna Karenina de León Tolstoi
—Bromas aparte, creo que para conocer el amor es necesario equivocarse y luego enmendar el error (...)
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Anna Karenina de León Tolstoi
«Perdóneme, si es usted capaz —decía su mirada—. Soy tan feliz». «Odio al mundo entero, incluyéndola a usted y también a mí mismo», le respondió la de Levin. |
Anna Karenina de León Tolstoi
Las reglas determinaban con toda precisión que había que pagar a los tramposos, pero no a los sastres; que no se debía mentir a los hombres, pero sí a las mujeres; que no se debía engañar a nadie, excepto a los maridos; que no se debían perdonar las ofensas, pero que se podía ofender a los demás, etcétera.
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Anna Karenina de León Tolstoi
“ES MUCHO MEJOR HACER EL BIEN DE MANERA QUE NADIE SEPA NADA AL RESPECTO”. — León Tolstoi, Anna Karenina |
Anna Karenina de León Tolstoi
En principio, no había nada extraordinario en lo que había dicho, pero para él ¡qué inefable significado, imposible de expresar con palabras, encerraba cada sonido, cada movimiento de sus labios, de sus ojos, de sus manos! Se intuía una súplica de perdón, así como una muestra de confianza, y también una caricia, una caricia tímida y dulce, unida a una esperanza, una promesa y un amor (...)
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Gregorio Samsa es un ...