El perfume de las flores de noche de Leila Slimani
No temo a la muerte. No es más que una soledad completa, absoluta, a la que se llega. Es el final de los conflictos, de los malentendidos. También es el regreso a la verdad de las cosas, al desenlace. A lo que sí temo es a la resistencia del cuerpo. Al deterioro. Al dolor que reconcome la carne.
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