Canción dulce de Leila Slimani
La soledad se adhería a su carne, a su ropa, empezó a modelar sus facciones y convirtió sus gestos en los de una viejecita. La soledad se reflejaba en el rostro al atardecer, cuando cae la noche y los ruidos se alzan de unas casas donde las personas viven acompañadas.
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