Efímera de Lauren DeStefano
—Estás soñando —responde. Pero la voz no es la de mi hermano. Linden ha ocultado su cara en el arco de mi cuello. La música ha cesado, mis dedos buscan un cordel que no está aquí. Y sé la verdad, que si abro los ojos veré el oscuro dormitorio de mi lujosa cárcel. Pero no intento salir de ese confuso estado, porque mi decepción sería tan grande que no la soportaría.
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