Siempre digo que en la literatura no hay mayor placer que descubrir nuevos autores y sus respectivas obras, o bien otros ya consagrados pero que aún no se habían colado entre tus lecturas. Es el caso que nos concierne. Desde el primer momento que supe de "Hasta los andares" algo llamó mi atención, como cuando sientes esa inesperada y extraña conexión con algo o alguien sin ser capaz de determinar un motivo concreto. Tal vez fuera el modo que tenía Laura Orens de vender su obra, diferente a los cánones habituales, con palabras elegidas a consciencia y perfectamente encajadas en el lugar que corresponde. Así que lo que hice fue dejarme guiar por mi instinto. Enseguida ratifiqué esas impresiones iniciales, pese a que también es justo decir que al principio de la lectura quedé un poco descolocado y tuve que amoldarme a la prosa de Orens, absolutamente fuera de lo común y muy particular, con un uso, eso sí, exquisito del lenguaje. Pero una vez entras en su mundo lo entiendes todo, y eso genera una extraña a la vez que reconfortante, por su naturaleza casi única, mezcla de complicidad y alianza con la autora; la comprensión de su originalidad y personalidad.
En "Hasta los andares" nos encontramos una historia calificada como de género noir, pues sin duda tiene piezas que la hacen encajar dentro de esa categoría aunque la realidad sea que tiene muchas más etiquetas incrustadas en su ADN. Construida y cocinada como el mejor caldo gallego y ambientada en un sitio imaginario de esta bella tierra llamado Fraguiña de Bergantiños, un lugar que va y viene y que la escritora sabe construir hábilmente.
"Fraguiña al fin y al cabo era un pueblo. Dio igual el número de habitantes que la hicieran probable. Creció como crecen los grelos, espigándose, esparciéndose, alrededor de aquel barco surgido del bancal, lejos de mágicos y terribles naufragios."
Muy sutil la autora contraponiendo el generalizado "Primer nacimiento del milenio" con "O primeiro morto do milenio". Y aquí es donde se percibe a una afilada e irónica Orens que juega con el antagonismo de ambos conceptos sirviéndose de ello para empezar a urdir la trama; una empresa cárnica construida desde la humildad pero con aspiraciones; un muerto que va a cambiarlo todo y la posterior investigación llevada a cabo por una peculiar pareja de inspectores: Castelao y Cunqueiro. No quiero revelar más de la trama, pues hay que descubrirla paso a paso, pero sí diré de algo que me ha fascinado: la atmósfera de la novela. Y es que Orens, con una brillante sutileza, te hace sentir los lugares, sabe impregnarte de esa Galicia real e irreal, de sus costumbres y sus maneras de hacer; las pinceladas de realismo mágico que tan bien le sientan a la obra, magistralmente encajadas en el contexto de la misma y haciendo de paso bandera del misticismo tan propio de esa tierra; los momentos vividos; las situaciones creadas; la crítica social subyacente. La gama de personajes que aparecen en la historia es otro punto a tener en cuenta, por lo bien construidos, por sus singularidades y diferenciación entre ellos.
Prologada por el gran Lorenzo Silva, no puedo estar más de acuerdo en su afirmación de que es "una novela valiente y sugerente, que parte de un género popular y particular para hacer literatura perdurable y universal."
Una obra y una autora aún por descubrir con un esperanzador futuro por delante, que habrá que seguir muy de cerca y que la literatura y los lectores deberían colocar en su justo lugar.
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