HASTA LOS ANDARES de Laura Orens
La cordillera de las empanadas amaneció de nuevo envuelta en su niebla. Quizás de lejos pareciera humeante, recién salida del horno, quizás incluso con los misterios a media cocción. Y ahí era donde el inspector mejor se manejaba; entre las certezas y las dudas. En algún lugar entre el pasado y el presente, como aquel duelo que dejó a medio hacer, un luto frío que se instaló en sus tripas y sus silencios. Justo ahí, bajo la alfombra, donde el país guardó sus muertos como quien aprende a mirar hacia otro lado. Pero las ratas a veces muerden donde no deben y todo se levanta. ¿Todo?"
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