Luna de agosto de Laura Kinsale
El abrió despacio los ojos. —¿Te he tumbado ya? Ella ladeó la cabeza, inquisitiva. —¿Subyugado con mis besos? ¿Te he desmayado con mis abrazos apasionados? —Suspiró con suavidad extrema—. Esta es con mucho la seducción más espléndida que he intentado jamás. No quiero perderme nada. —No he hecho más que acariciarte el pecho. —Ah. ¿Solo hemos llegado hasta ahí? ¿Cuándo crees que podré mordisquearte ese delicado lóbulo de la oreja? Merlin intentó borrar la sonrisa de sus propios labios. —Quizá cuando seas lo bastante hombre para incorporarte y llegar a él. |