Nosotros después de las doce de Laia Soler
Aurora no creía en eso; el perdón era solo una palabra para que los combatientes bajaran las armas. El perdón no acababa con el rencor ni con el dolor. Ninguna palabra tenía ese poder.
|
Nosotros después de las doce de Laia Soler
Aurora no creía en eso; el perdón era solo una palabra para que los combatientes bajaran las armas. El perdón no acababa con el rencor ni con el dolor. Ninguna palabra tenía ese poder.
|