Kyra Davis

—No hemos terminado. —Respondo con un gemido—. ¿Pensabas que sí? ¿Te crees que no veo cómo sonríes y cómo te estremeces ligeramente cuando me acerco? ¿No ves cómo eso me invita a continuar?

Sé que hasta cuando estoy lejos de ti, estoy dentro de ti. Puedo tocarte con solo pensar en ti.

Es evidente que lo que hay entre nosotros no es un cuento de hadas para niños. Tenemos algo más oscuro. Más profundo...

No conozco a este hombre. A este hombre que me toca. Es un desconocido. Una incógnita. Debería marcharme.

No te quiero meter en una jaula. No te quiero controlar, quiero liberarte.

Hay regalos que no se pueden olvidar, ni siquiera cuando lo intentamos.