Quién sabe si mañana seguiremos aquí de Kim Young-ha
El lugar donde el autogobierno de mi diabólico ego converge en cero es la prisión, una celda de castigo. Un lugar donde no podría matar ni enterrar a nadie a mi antojo. Un lugar donde ni siquiera tendría el lujo de concebir tales fantasías. Un lugar donde mi cuerpo y mi alma serían completamente destruidos. Un lugar donde mi yo se aniquilaría para siempre.
|