Vi. Una mujer minúscula de Kim Thúy
Mi cuerpo había adoptado la forma del de mis hermanos y mi madre. Dormía entre sus brazos, sus costillas y los baches del suelo. ¿Cómo encontrarse de un día para otro sola en la blandura del colchón sin que me envolviese el sudor de mi familia, sin que me acunase su aliento? ¿Cómo perder, de repente, la presencia permanente de mi madre? ¿Cómo encontrar el camino ante un horizonte sin fin, sin alambres de espino, sin guardianes?
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