Nunca de Ken Follett
Los líderes mundiales estaban asustados, Rusia y el Reino Unido, que por lo general siempre estaban en bandos opuestos, habían aunado fuerzas en el Consejo de Seguridad de la ONU para forzar un alto el fuego. Francia los había apoyado. Cabía la remota posibilidad de que el líder supremo aceptara la propuesta de la presidenta Green, detuviera el contraataque y asistiera a la conferencia de paz, pero Kai era pesimista al respecto. Para un tirano era difícil dar marcha atrás. Parecía un signo de debilidad. |