No me ha terminado de convencer este cómic, muy soso, con poca chicha, se me ha hecho lento y aburrido y eso es mucho decir, teniendo en cuenta lo corto que es.
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No me ha terminado de convencer este cómic, muy soso, con poca chicha, se me ha hecho lento y aburrido y eso es mucho decir, teniendo en cuenta lo corto que es.
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Antonio Altarriba como guionista y Keko como ilustrador, han hecho un trabajo excepcional en la realización de esta novela. La idea del asesino en serie movido por la necesidad y el deseo de expresar su sentimiento artístico ha sido interesante y acertada. La personalidad del protagonista, un tanto misántropa y huraña, contrasta con su trabajo y expresividad en los eventos sociales. Dentro de estas páginas se descubren tanto artistas literarios como pintores poco valorados relacionados con la crueldad y la violencia. La mezcla de negro, blanco y rojo transmite la mezcla perfecta de brutalidad y elegancia, acorde con la pluma de Altarriba. El desenlace final, aun así, no ha resultado tan satisfactorio y es probable de que el lector quede con ganas de algo más impactante como golpe de gracia.
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Es un libro inquietante y hasta desagradable en algunos aspectos, incluidos los dibujos, con personajes todos ellos realistas, incluso feos en el sentido de que parecen caricaturas: narices grandes, aguileñas, bocas exageradas. Se nota que las viñetas están muy pensadas. Por ej. la víctima femenina, El protagonista, un profesor universitario casado, explica su filosofía en las páginas del libro, en sus palabras, la de un asesino en exclusiva y no en serie. La presencia en el departamento de la universidad de independentistas vascos da mucho juego porque promueve las comparaciones entre el asesinato por ideología y los asesinatos como expresión artística/performance que narra la obra. Es decir, ¿en algún momento está justificado el asesinato? ¿Hay justificaciones mejores que otras o el asesinato es asesinato y punto? No hubo ningún personaje que me enganchase a nivel emocional debido a la frialdad que desprende el protagonista, pero tal vez eso mismo sea un punto fuerte en el caso de esta novela. Tanto la mujer como la novia, por ejemplo, las observamos con la misma distancia que el protagonista. Las dos se alejan de él. Y creo que lo mismo nos ocurre a los lectores, aún cuando las víctimas son, en cierta forma, “merecidas” porque ya de antemano las vemos con sus defectos insoportables, y se podría decir que sus asesinatos llegan a constituir una purga por los pecados de las víctimas (que representan los de la sociedad misma). No obstante, por mucho que lo justifique y explique, el protagonista no es más que un psicópata que va perdiendo el control de su vida, tanto personal como profesional, a medida que aumenta su ansia por matar, en teoría, por amor al arte, cuando en realidad lo hace porque su vida va a la deriva y por evitar enfrentarse a sus propias carencias. Creo que a la novela le irían bien unas 25 páginas más para profundizar un poquito más en el tema, pero me gustó mucho leer una buena novela gráfica made in Spain. + Leer más |
Una historia diferente, con un psicopata diferente. Es bastante crudo en algunas escenas. El protagonista, una persona que vive y mata por y para el arte, con control y con sangre fría. También se tratan otros temas como el conflicto Vasco y la política interna de las universidades. Bastante entretenido.
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Gregorio Samsa es un ...