Cuentos de Katherine Mansfield de Katherine Mansfield
"Y aquella tarde perfecta fue avanzando lentamente, difuminándose lentamente, cerrando lentamente sus pétalos." ('Fiesta en el jardín', Pág.111).
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Calificación promedio: 5 (sobre 55 calificaciones)
/La Mosca, uno de los grandes cuentos de la escritora neocelandesa Katherine Mansfield, no es un cuento de terror. Es una profunda reflexión, a través de la fragilidad de una mosca atrapada en un tintero, sobre la naturaleza humana, la crueldad, las emociones...Sobre los subterfugios que usamos para escapar del dolor, tal vez sin importar el dolor del otro.
Cuentos de Katherine Mansfield de Katherine Mansfield
"Y aquella tarde perfecta fue avanzando lentamente, difuminándose lentamente, cerrando lentamente sus pétalos." ('Fiesta en el jardín', Pág.111).
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La fiesta en el jardín de Katherine Mansfield
¡Ah, qué fascinante era todo! ¡Cómo lo estaba disfrutando! ¡Cuánto le gustaba sentarse aquí a observarlo todo! Era como una obra de teatro. Era exactamente como una obra de teatro. ¿Quién iba a creer que el cielo detrás no estaba pintado?
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Sopa de ciruela de Katherine Mansfield
Ojalá distinguir el amor verdadero del falso como se distinguen los champiñones de los hongos venenosos.
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Felicidad y otros cuentos de Katherine Mansfield
Vino el alba, áspera y fría, con nubes encarnadas en un cielo verdoso y gotas de agua en cada hoja y cada brizna de hierba. Una brisa sopló sobre el jardín, escurriendo el rocío, haciendo caer los pétalos. Tiritó por encima de las praderas empapadas, y se perdió en el fondo de los setos oscuros. En el cielo, minúsculas estrellas flotaron un momento para desaparecer, disueltas como burbujas de aire. Y, distintamente, en la calma matutina, se oyó el riachuelo que corría a través de la pradera, corría por encima de las piedras oscuras, corría y volvía a salir de los hoyos de arena, se escondía bajo grupos de sombríos matorrales de bayas, y se derramaba en un pantano de berros y flores amarillas.
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La fiesta en el jardín de Katherine Mansfield
Nunca he conocido a nadie que me agrade tanto como tú. Nunca me había sentido feliz con nadie. Pero estoy segura de que no es lo que la gente y los libros describen cuando hablan de amor.
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El alma moderna y otros cuentos de Katherine Mansfield
-¡Qué noche!- dijo ella. ¿Conoce ese poema de Safo sobre su mano en las estrellas...? Soy curiosamente sáfica. Y esto es algo muy singular: no solo soy sáfica, sino que, en todas las obras de los grandes escritores, especialmente en sus cartas inéditas, encuentro un toque, una señal de mí misma: un parecido, una parte de mí. Como mil reflejos de mis propias manos en un espejo oscuro. (El alma moderna) |
Cuentos de Katherine Mansfield de Katherine Mansfield
"¿Qué puede hacer uno si, aun teniendo treinta años, al volver de la esquina de su calle le domina de repente una sensación de felicidad... de felicidad plena... como si de repente se hubiese tragado un reluciente trozo de sol crepuscular y este le abrasara el pecho, lanzando una lluvia de chispas por todo el cuerpo?" ('Felicidad', Pág.15).
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El alma moderna y otros cuentos de Katherine Mansfield
¿Cuánto tiempo permanecieron allí? Ambas atrapadas, por así decirlo, en ese círculo de luz sobrenatural, compréndiendose a la perfección, criaturas de otro mundo, que se preguntaban qué iban a hacer con aquel tesoro de felicidad que les ardía en el pecho y se derramaba, desde su cabello y sus manos, en forma de flores de plata.
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Cuentos de Katherine Mansfield de Katherine Mansfield
A pesar de sus treinta años, Berta Young tenía momentos como este, en los que hubiera deseado correr en vez de andar; deslizarse por los suelos relucientes de su casa , marcando pasos de danza; rodar un aro ; tirar alguna cosa al aire para volver a cogerla, o quedarse quieta y reír . . . simplemente por nada.
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Cuentos de Katherine Mansfield de Katherine Mansfield
"Pensó que, en verdad, empezaba a tener bastante experiencia en escuchar haciendo ver que no escuchaba, en sentarse dentro de la vida de otra gente durante un instante, mientras los otros charlaban a su alrededor." ('La señorita Brill', Pág.39).
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¿Cuál es el desayuno favorito de Eleven?