El sabor de las pepitas de manzana de Katharina Hagena
Cuando Bertha, un mes después del milagro de la floración estival del manzano, atravesó llorando el jardín vio que las grosellas rojas se habían vuelto blancas. Las negras seguían siendo negras. Todas las demás grosellas exhibían el color blanco grisáceo de la ceniza. Ese año hubo muchas lágrimas y una mermelada de grosellas particularmente buena.
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