Dioses de neón de Katee Robert
— ¿Quieres algo, sirenita? Me recorre los muslos con las manos y se muerde el labio inferior. —Me prometiste que, si hincaba las rodillas y te lo pedía con educación, me darías tu pene. —Se inclina hasta el cierre de mis pantalones de vestir—. Hades, me encantaría muy mucho poder comértelo, por favor. |