Kate Falls
—¿Eres un fantasma? Me quedé de piedra. Por una vez me hubiera gustado encontrarme con un Terrestre que no me hiciera sentir como una cosa rara. Yo no había hablado en ningún momento de sus quemaduras por efecto del sol. Ella cuadró los hombros como si se preparara para lo peor. —¿Lo eres o no? Estuve a punto de asentir para ver su reacción. —Estoy vivo y soy humano —dije en cambio—. Exactamente igual que tú. —Brillas —me acusó ella. |