Cristina en las Highlands de Kate Dawson
(…) Cristina comprendió que había vuelto a hacerlo y sonrió. No entendía lo que le pasaba con aquel escocés, pero era como si no pudiese parar de hablar de cosas muy personales e importantes que no había hablado con nadie más. —Tienes un don —confesó. Rowell dejó el bocadillo sobre el plato y se limpió las manos antes de coger el vaso de agua para beber. —Cuando estoy contigo hablo sin parar y, de hecho, te he contado cosas que no le he contado a nadie. —Cristina entrecerró los ojos mirándolo con intensidad—. ¿No serás alguna clase de druida o mago de esos de los que hablan las leyendas escocesas…? —Me has pillado —dijo él sonriendo. |