Yo veo en la oscuridad de Karin Fossum
Yo mismo no entendía muy bien por qué, pero aprobaba la vida sencilla que al parecer llevaba aquel hombre, dormir, beber, dar paseos por el parque, sin más obligaciones ni preocupaciones que la de conseguir alcohol. Mientras los demás trabajábamos, mientras los demás pagábamos impuestos, arrastrándonos de una tarea a otra, él estaba sentado en el parque bebiendo media botella de vodka. Mientras el resto del mundo, la vida, pasaba por su lado sin que él participara… ¿Tienes alguna excusa? —le pregunté—. Para beber, quiero decir. La pregunta le hizo levantar la vista. —¿Excusa? ¿La necesito? —Es mera curiosidad —le expliqué—. La gente suele tener una especie de explicación de por qué las cosas son como son. De por qué pegan, de por qué beben, de por qué roban. Todas esas cosas.
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