Si habéis acabado un libro denso de esos que te dejan tocado, pensativo o sin muchas ganas de leer algo nuevo. ¡Este es vuestro libro! Una historia loca, con personajes que igual te hacen subir la ceja en un gesto de incredulidad como te sacan una carcajada. Unas protagonistas madre e hija que hacen un tándem sin igual. Ana nuestra prota es despedida de su trabajo en la ciudad, ciudad invadida por los zombis al igual que el mundo entero. La humanidad ha aprendido a lidiar con ellos, aunque ¡Cuidado que muerden! Ante la imposibilidad de seguir pagando su alquiler no le queda otra que volver al pueblo con su madre para intentar reorientar su vida. Allí se reencontrará con Juan Luis su ex, que está un poco cambiadillo. Además, tendrá oportunidad de experimentar con una nueva disciplina el Zombifulnes. A la madre de Ana lo que le preocupa es que con su edad todavía no haya encontrado marido y desplegará todas sus armas para que este hecho cambie. Si juntamos a este dúo con una vecina cotilla e insoportable, un policía de catálogo de abanderado, un instructor de Zombifulnes un poco quemado y un pueblo algo loco, imaginaos lo que sale. No es un libro romántico, es un libro de humor puro y duro. Reconozco que tenía muchas expectativas con su lectura y es mejor ir sin ellas y dejar que las sonrisas salgan. No esperéis una calidad literaria increíble, es una historia absurda que os va a hacer pasar un buen rato. + Leer más |