La Vida Enmascarada Del Señor De Musashi de Junichirô Tanizaki
Él, de vez en cuando, tras cerciorarse de que nadie rondaba alrededor, se sacaba de entre los pliegues del kimono el consabido pedazo de carne para abismarse secretamente en sus fantasías. En su mente había quedado impresa con toda claridad la cara del muerto en el instante mismo en que se le sajó la nariz, y cada vez que sacaba ese trozo de carne se le evocaba aún más vívidamente aquel rostro.
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